La voz palpita
De vez en cuando la voz mira
distraída.
Grietas sutiles se abren en su aire.
Al uno y al otro lado, desatado galopar
descubre la loma del clamor huérfano.
Las ataduras del deseo rasgan su piel
Cual dragón sobrepasando sus horarios.
Grietas sutiles se abren en su aire.
Al uno y al otro lado, desatado galopar
descubre la loma del clamor huérfano.
Las ataduras del deseo rasgan su piel
Cual dragón sobrepasando sus horarios.
Hay un espacio abierto
estremecido,
allí quisiera buscar un refugio que respire.
De manos gozosas que no se detengan
en incertidumbres ajenas a su origen.
La fortaleza es mi centinela, palmo a palmo
enrarece la arquitectura de mi templo.
allí quisiera buscar un refugio que respire.
De manos gozosas que no se detengan
en incertidumbres ajenas a su origen.
La fortaleza es mi centinela, palmo a palmo
enrarece la arquitectura de mi templo.
Rumor gozoso de ser bajo mis
pies,
generoso de dicha, de música incierta.
Me llama desnudo en su canto verde.
Enfebrecidos, húmedos sus besos
escapan, vuelven, y ávidos me piden,
soñar juntos el brillo que riela el alba.
generoso de dicha, de música incierta.
Me llama desnudo en su canto verde.
Enfebrecidos, húmedos sus besos
escapan, vuelven, y ávidos me piden,
soñar juntos el brillo que riela el alba.
La frente del sol canta a
las rocas.
El azul enloquece la virginal calma.
Larga espada hunde su tangible mano
en la belleza del hemisferio dulce,
donde mis ojos hablan con los astros
del único amor que mi meridiano invade.
El azul enloquece la virginal calma.
Larga espada hunde su tangible mano
en la belleza del hemisferio dulce,
donde mis ojos hablan con los astros
del único amor que mi meridiano invade.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"