Cristal
Milagro del
cristal que mira,
abre audaz todos
sus flancos.
Criatura imprevisible
que flagela
al brazo que
sostiene sus piernas.
El dolor de los
jardines se queja,
furiosa es la alegría
en amarte,
arrojando el
perfume del paraíso,
desterrado por
pertenecerte.
Ahora sí, te
busca el milagro,
milagro del
vigor con vida.
Abres las carnes
de la tierra,
al creerte Dios
en tu soberbia.
Nadie te busca, eterno
rapto,
hundes tu niñez
en tu vientre
al látigo que
usa la muerte,
todo por ahorcar
tus pasos.
Lo dulce es
saber quién eres.
Controversia en
la voluble razón
atravesando los
esquivos montes,
pues preso eres,
de su fría boca.
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"