Adiós
Sé que no
lograré escapar
no te extrañes del
leve contacto
de tu codicia en
mis lagrimas,
son seda de
saldo transparente
que intactas enredan
tus labios
en todos los
besos ahorrados.
Ningún abismo me
conforma,
pisando fuerte
sus obscenidades.
Dolor que
increpa la mirada
cercano al límite
de mis talones.
¿Qué duna podría
revisar sus arenas
en el espinado
vuelo al desierto?
Crepita tu
meridiano, una y otra vez
en el deshilo blanco
de mi cuerpo
y yo te digo, en
el sudor frío
que este
invierno en su torso, trae;
_Serenemos la contra
en su ira,
y bailemos esta
nieve que nos cae_.
Se precipita la agria
despedida,
caídos mueren
tantos adioses
en una fiesta
nacida sin aliento.
Vastedad disfrazada
de ignominia
arrasa con sus ciegos
argumentos
hasta clonarse
en negra conciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"