Tristeza
Me quema la luz de esos ojos.
Unos ojos que tantas veces
me tocan en tormentosa pasión
con su voz de terciopelo negro,
conduciéndome a diferentes playas
hasta dejar que la resaca
del beso de su mirada me zozobre…
Soy aquí y ahora algo incompleto
dominado de ebria melancolía,
y me hiere el llanto de la noche
en sus gemidos, tan vacío de estrellas…
Es este ronco desamparo
el alimento que me provoca
saciar este hambre de sueños
aunque el sudor acaricie frío esta piel.
Blanca en su deseo de mustiar el dolor…
Me llama la
luz y me la encuentro
como la rosa
en la lágrima de rocío.
Podría ser
tersa y lozana mi vestidura
al volver a cada
despertar de la Aurora
y renacer en
mi la fragancia de la ilusión…
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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"