La normalidad según la RAE, es una cualidad o condición de
normal, donde a su vez en una de sus definiciones encontramos que normal es
aquello que por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas
fijadas de antemano. Y he aquí la paradoja donde a veces yo me debato para
justificar el ser tan atípica dentro de esa normalidad e ir siempre en defensa
de lo políticamente incorrecto, a pesar de que crecí con una espada Damocles
apuntando sobre mi cabeza, muy común en la comunidad rural a la que pertenezco;
“el qué dirán puede destruir tu vida, cumple las normas para que nadie ponga
entredicho tú honorabilidad”, ya sabemos que en todos los sentidos, “aparentar
tiene más letras que ser”… , será por ello que yo siempre amo y amaré, “ser”,
por encima de todo y le quito credenciales a la diosa normalidad, por ser un
dios más, dentro de los dioses de pies de barro, que lo único bueno que puede
rotular en los anales de su historia es mucha discriminación…
No quiero ser parte de una estadística, algo preconcebido de
antemano, tampoco acepto que traten de buscar a qué grupo pertenezco dentro de
una anormalidad establecida con el único objetivo de clasificarme y con ello no
trato de hacer un inciso en mi diferencia dentro de la normalidad impuesta. Lo
que en realidad trato de hacer es reflexionar sobre el concepto de normalidad y
hacer pensar en ese sentido, pues, ¿Quién está capacitado para dilucidar que
sí, y que no, está dentro o fuera de lo normal? Y como siempre no me refiero a
nada que por su evidencia atente contra los derechos de las personas…
Por ello pensemos en lo que dice Maya Angelou en esta frase; "Si siempre intentas ser normal, nunca descubrirás lo extraordinario que puedes llegar a ser"
Por ello pensemos en lo que dice Maya Angelou en esta frase; "Si siempre intentas ser normal, nunca descubrirás lo extraordinario que puedes llegar a ser"
De la tierra al cielo
Y no aprenderán los mortales,
serán sus errores como siempre,
despertando del sueño del tiempo
la fiereza de la tormenta.
Agita, rabiosa, sus brazos enfurecidos,
no sabe de justos, ni de pecadores.
Sabe de desahogar su ira
aunque se abran en canal
las carnes de la tierra
por sus cruentas dentelladas..
Y esta mujer que ves,
nunca será nítida en tu retina
sin ver la niña que fui,
la que es eterna, inocente,
atrapada en un tiempo imberbe,
olvidando crecer, envejecer.
Llorando la inclemencia de esa ventana,
la que le abre al mundo a la mujer.
A pesar de todo, amor,
aún hay un cielo en la tierra,
es ahí donde estamos tú y yo
en esa limitada aureola que nos une,
que nos hace parte de un todo perfecto.
Por eso he elegido vivir en el frío,
en el frío seco de la ausencia,
Si no te tengo….
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