Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

sábado, 4 de julio de 2015

¿Por qué amor?

La imagen tuya, la que tienes de ti, es el espejo donde te ves o el espejo donde te miran los demás?, Parece lo mismo y no lo es. Es muy difícil conocer a un ser humano, incluso a ti mismo, eres imprevisible según va pasando la vida y hay veces que te cuesta reconocerte en la conducta que adoptas, en según qué situaciones, hacía donde te lleva la vida. Ateniéndose a eso no debiéramos ser jueces de nadie, sin visualizarnos primero en su lugar, y aún así nunca sería justo. Salvo en aquellas situaciones donde la humanidad, la razón y la lógica dictan la postura a seguir, pues ya sabemos que hay demasiado monstruo vestido de humano y para ello solo tenemos que ojear las páginas de sucesos de cualquier periódico.
Me gustaría quedarme hoy con una frase del filósofo y estadista británico Sir Francis Bacon; “la perfección de la propia conducta estriba en mantener cada cual su dignidad sin perjudicar la libertad ajena”…, pues en esta vida como mortal imperfecta que soy, no aspiro a no equivocarme, y por ello tampoco a presumir de ser justa, sí en cambio, a tenerlo en cuenta como prioridad en mi conducta, por lo tanto he de saber pedir perdón de corazón cuando tomo conciencia de mis errores e intentar enmendarlo si eso fuera posible…. Hay que saber llorar, no solo en el dolor del daño que te han causado, es más purificante llorar por el caudado porque así abrimos la puerta a aprender a rectificar….



¿Por qué amor?

¿Por qué amor te escribes de esta tinta?,
Te borras cual boceto indefinido, a voluntad.
Velo tupido arrecia mis ojos de lluvia
a mis noches obsequiadas con tu ausencia.

Amor, Amor, naciste para abrazar
ahora rajas cual navaja toda mi alma…,
te llamo agonizante a tus oídos sordos
y solo un insensible silencio me responde.

Una migaja, un eterno instante
en este hambre de ti insaciable.
Una palabra desde el brillo de tus ojos,
Un fuego que nos torne ceniza.
Algo, cualquier cosa que nos vuelva mecha
Y no esté arrecife polipero de mí,
de mar perdido en su tormenta
donde tú eres la roca imperturbable…  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"