Si he de perecer al abrigo de este manantial,
abrupto, dominante, de fluido reino.
Que no me vuelva loza de mármol,
su frío carácter de primavera postergada,
que deje que el despertar del sol me sonría,
que la luna en su guardia me bese
mientras sus aguas me acarician el descanso...

domingo, 28 de junio de 2015

Caballero de otro tiempo

Hay un proverbio que dice; “Estaba furioso de no tener zapatos; entonces encontré a un hombre que no tenía píes, y me sentí contento de mi mismo.”...
No sé qué reflexión a nivel individual saca cada cual, supongo que muchas, en este caso, voy a analizar una propia, que quizá define una característica en el ser humano, que nace posiblemente como revanchismo en el enfrentamiento con la autocompasión y la baja autoestima; "soy importante aunque para ello me valga de la desgracia ajena"..., Es un sentimiento muy egoísta y a la vez demasiado frecuente y eso jamás será cierto, pues es muy complicado medir la grandeza de un ser humano, menos aún menospreciándolo por una minusvalía física, psíquica, o cualquier otro perjuicio cultural, o social. No me cansaré de decir que, todos en si, somos únicos e irrepetibles, y la grandeza estriba ahí, en lo que podemos ofrecer al mundo desde esa exclusividad individual, aunque a nuestro ojos parezca algo momio, que nunca atraerá la atención de nadie, lo importante es que tú creas en ello, si tú crees en ello, te das una oportunidad a ti mismo, la oportunidad de ofrecer lo que eres al mundo... Luego, miremos siempre hacia adelante, a los lados, solo para tender una mano a quienes nos acompañan en el camino, pues hay que aprender a vivir con nuestra realidad, aunque tenga asperezas, incluso a veces se le habrán grietas sangrantes, solo si la aceptamos superando obstáculos, hallaremos nuestro equilibrio emocional...


Caballero de otro tiempo

Eres puro aroma de bosque
erótico como una caricia íntima,
defiéndeme con la espada de tu verbo,
de las gotas de hielo en este viento tibio
que se beben la belleza de este momento.

Caballero de brillante armadura
naciste desterrado de otros tiempos,
fue Venus, la diosa de la pasión,  
la reina de tu enajenada locura
y no el amor de este dolor lacerante
que me ciega con solo mirarte.

Esta ecuación que nos hace posibles
se niega a ser arrinconada, desusada,
como fragmentos de un calidoscopio,
de inmensas imágenes inconexas
esparcidas en un aire tranquilo
arrullado por el sonido de claras notas.
Sinfonía interminable que hace catarsis
pura poesía visual de lo que sentimos. 

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"Si puedes mirar al rostro a este texto, te agradezco que me digas de qué color son sus pupilas…"