Derribada
Esa boca fría de las palabras por decir
ocultan una ingrata mirada.
Son esa feroz garganta
que sin tragarte te tritura.
Aquella noche de traje negro
no iba de gala a ningún convite
pues cerrando sus ojos
dejo morir mis sueños fusilados.
Si aún se me permitiera pintarte
en ese abismo de desconsuelo
que es esta pausa sin límite.
Rogaría al eterno vigía errante
que es el amanecer convicto
que no se suelte de sus cadenas
hasta que haga puente con tu nombre.
Que sigue siendo bello soñarte
por muy robado que sea el instante
y tu caminar otra senda
que ignorante, no me acompaña...
Es triste ser esa estrella
de un cielo derribado de un tajo,
que por más que te sienta
tú a mi no me sabrás presente
en tu sombra iluminada, entrañada
de una luz que tu mirar no haya...
Un placer leer tan hermosos poemas. Saludos
ResponderEliminar